Donde la bruja es
bruja
Hemos hecho un breve y apretado recorrido por los conceptos
abigarrados que tiene la brujería en tierras de Galicia y Asturias, pudiendo
comprobar que existe una gran similitud entre la de ambas zonas, denotando un
principio común muy difícil de determinar y fechar. Tras este recorrido
intentaremos penetrar en el lugar primordial de la brujería, en la tierra verde,
hermética y antigua, altar y nacimiento de las más importantes sacerdotisas del
diablo, el País Vasco.
Si en Galicia decíamos que la meiga tuvo personalidad
propia, fue real y por tanto perseguida, castigada y aniquilada por la Santa
Inquisición, y en Asturias, el fenómeno, salvo esporádicos casos, fue más
tradicional y mítico que real; es en los valles, montes y caseríos de la tierra
vasca en donde la persecución, acoso y castigo puede considerarse, sin
exageración, como una auténtica masacre.
Según estudios de Caro Baroja y otros importantes
investigadores del tema, el Santo Oficio, en su celo y devoción, cumplió con
creces su misión por esas tierras, no respetando en la «limpieza» ni condición,
ni edad, ni duda. Y así conocemos procesos como el del pueblo de Inza, en el
valle de Araiz, ocurridos en el año 1595; el auto de fe de Logroño, en donde se
condenaron a las sorguiñas de Zugarramurdi en 1611, año de otro proceso
importante, el de Fuenterrabía; también los de Ceberio, Valcar-los y Roncesvalles
en el año 1525; el de Anocibar en 1575, y un largo etcétera que nos ha
permitido conocer, por las declaraciones de los enjuiciados y los testigos de
la época, los detalles de aquellas manifestaciones y entornos de la bruja
vasca, la sorguiña. Salen de estos procesos informes que son auténticos tesoros
para el investigador actual, destacando el de don Alonso de Salazar y Frías,
juez inquisidor del proceso de Logroño, antes mencionado, en el que, con
riqueza de detalles, se narran las declaraciones testimoniales de mil
ochocientas dos personas, sólo del valle de Baz-tán, en donde se descubrieron
ungüentos, ollas, polvos, utensilios, brebajes y demás materiales relacionados
y atribuidos a la brujería.
Debido a tan dura persecución. es lógico que quedaran pocos
adeptos a las misas del diablo, extinguiéndose posteriormente los conceptos
auténticos de la bruja. Pero a través de los años, hasta la actualidad, perdura
en la memoria del pueblo vas-con ese miedo ancestral por las sorguiñas, que no
es óbice para que, al igual que el resto de España, en los lugares más
apartados y en las mentes más humildes aún se les tema y se les respete,
teniendo en cuenta siempre su presencia acechante y confiando en las menos
dañinas sus males y pesares. La presencia viva y constante la alienta el
recuerdo de su pasado real, encontrándose en múltiples lugares como fuentes,
riscos, peñascos, cuevas, senderos y bos- -ques, el nombre de la sorguiña.
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