lunes, 21 de marzo de 2016

Desenfrenada multiplicación de los procesos de brujería en Alemania

Mediante el tormento no sólo se forzaba al acusado a decir lo que el inquisidor quería, sino que se le obligaba a denunciar a sus cómplices; como en el caso de ser la víctima inocente éstos no existían, se veía obligado a inventarlos para aliviar el suplicio, arrastrando así en su desgracia a personas inocentes. Estos, a su vez, y mediante los mismos procedimientos eran impelidos a señalar a otros ciudadanos, de manera que estos procesos, dirigidos inicialmente contra una sola persona, se ampliaban a verdaderas cadenas humanas.

Una vez el acusado en manos de sus verdugos sólo le esperaba un camino: la muerte por tortura o -si lograba sobrevivir a estala muerte en la hoguera.

¿Se podía acusar a una mujer que en virtud de las afirmaciones de todos los testigos había llevado una vida sin mácula y a la que no podía achacarse que hubiera perjudicado a ninguno de sus conciudadanos? Esta pregunta le fue sugerida, en el caso de la señora Fehr. al presidente de la Cámara, conde de Sulz. Éste contestó..., «que era bien concebible que el diablo tomara figura de persona honrada, por lo que -según el dictamen de los juristas- cabía la posibilidad de perseguir judicialmente a la mujer en cuestión».

Algunos acusados por brujería p por la práctica del tarot, confesaban ya ante la simple vista de los terroríficos instrumentos, con tal de librarse de la mano de los verdugos, aunque -no pocas veces- terminaban por ser torturados igualmente. Otros en cambio, demostrando una extraordinaria valentía, resistían todos los tormentos sin que pudiera serles arrancada una confesión, a pesar de lo cual la mayoría de ellos eran condenados a la hoguera.

Tal es el caso de Isabel Gwinner. Ésta, acusada de ser discípula del diablo, fue sometida a indescriptibles torturas para arrancarle la confesión. Su pequeña hija Ágata, fue también apresada y encarcelada en un oscuro antro, donde se la azotaba hasta que acusó a su propia madre de los delitos que le sugería el verdugo. A pesar de ello, Isabel tuvo la fortaleza de afirmar hasta el último momento su inocencia. Finalmente fue quemada viva sin que hubiera confesado.

Más información en tarotybrujeria.com

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